El correcto almacenamiento y transporte de medicamentos es una parte esencial de la cadena de valor farmacéutica. Cada etapa, desde la recepción del producto hasta su entrega final, debe cumplir con estrictos estándares de calidad y seguridad para garantizar que los pacientes reciban medicamentos eficaces, seguros y en condiciones óptimas.
En el ámbito institucional, donde se manejan volúmenes significativos de productos y diferentes condiciones de conservación, aplicar buenas prácticas no solo es una obligación regulatoria, sino también un compromiso ético con la salud pública.
Condiciones de almacenamiento
Cada medicamento tiene requerimientos específicos de conservación definidos por su fabricante. Las condiciones de temperatura, humedad y luz son factores críticos que pueden alterar la estabilidad del principio activo.
Temperatura:
- Ambiente controlado: entre 15°C y 25°C.
- Refrigerado: entre 2°C y 8°C.
Humedad relativa: se recomienda mantenerla por debajo del 60%, evitando condensación o exposición directa a fuentes de calor.
Iluminación: los medicamentos fotosensibles deben almacenarse en envases opacos o áreas protegidas de la luz directa.
Las áreas de almacenamiento deben contar con equipos de medición calibrados, registros diarios de temperatura y humedad, y sistemas de alarma ante desvíos.
Buenas prácticas en transporte
El traslado de medicamentos requiere mantener la cadena de frío o temperatura controlada, evitando cualquier variación que comprometa la calidad del producto.
• Los vehículos deben estar habilitados sanitariamente, limpios y equipados con sistemas de refrigeración o aislamiento térmico según el tipo de carga.
• Se deben monitorear las condiciones de transporte mediante termógrafos o registradores de datos.
• Cada entrega debe conservar la identificación, lote, vencimiento y trazabilidad del producto.
El objetivo es garantizar que las mismas condiciones que se cumplen en el depósito se mantengan hasta el punto de entrega final, ya sea una farmacia, hospital o institución sanitaria.
Documentación y trazabilidad
La trazabilidad permite seguir cada medicamento desde su origen hasta el paciente final, asegurando transparencia y control en toda la cadena.
El cumplimiento de las normas establecidas por la ANMAT (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica) es obligatorio para droguerías y distribuidores.
Cada movimiento debe registrarse en los sistemas de trazabilidad, garantizando la identificación unívoca de lote, fecha y destino.
Además, las buenas prácticas de distribución (BPD) exigen mantener documentación actualizada sobre:
• Condiciones de almacenamiento y transporte.
• Registros de limpieza, calibración y mantenimiento.
• Capacitación del personal en manipulación segura de medicamentos.
Embalaje y control de caducidades
Un correcto embalaje protege los medicamentos de factores externos durante su manipulación y traslado.
• Se deben emplear cajas térmicas, aislantes o refrigeradas según corresponda.
• Los materiales deben ser no contaminantes, resistentes y fácilmente identificables.
• Los productos próximos a vencer deben gestionarse bajo la política de FEFO (First Expired, First Out), priorizando la salida de los lotes con menor vida útil.
El control sistemático de fechas de vencimiento es clave para prevenir desperdicios, evitar entregas fuera de norma y asegurar un abastecimiento eficiente.
Compromiso con la calidad
En una cadena farmacéutica moderna, las buenas prácticas no se limitan al cumplimiento normativo: representan una cultura de calidad.
Cada proceso desde el almacenamiento hasta la entrega, debe sostener la confianza del sistema de salud y del paciente.
El compromiso de las droguerías y distribuidores es trabajar bajo políticas de mejora continua, auditorías periódicas y capacitación permanente del personal, garantizando que cada medicamento conserve su eficacia hasta el momento de su uso.
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